- El gusanillo de “Sin Oficina” me atrapó en la universidad
- Después de la universidad, seguí a mi esposa… ¡y seguí trabajando!
- ¿Puedo vivir así el resto de mi vida?
- ¿El único elemento decisivo que nos está cambiando la forma de trabajar? ¡Internet!
Siempre me sentí atraído por un estilo de vida seminómada. Incluso ahora, con tres hijos y una esposa con un puesto en la administración pública, solemos viajar mucho todos los años. Siempre me han gustado mucho los idiomas extranjeros y siempre he sentido gran curiosidad por los destinos lejanos. Durante mi formación universitaria, estudié en tres países europeos distintos: Polonia, Alemania y España. Desde el principio de mi vida profesional, mi pasión fue viajar por todo el mundo y trabajar desde cualquier lugar.
El gusanillo de “Sin Oficina” me atrapó en la universidad
A pesar de que han pasado ya unos 20 años desde mi época de estudiante universitario, tuve la posibilidad de viajar con mi portátil (el viejo y querido Compaq Armada) y conectarme al Internet de banda ancha del campus para colaborar con estudiantes y profesores de toda Europa en diversos proyectos. He estudiado en tres campus diferentes de tres países distintos: Universidad de Gdańsk en Polonia, Fachhochschule Stralsund en Alemania y Universitat Politècnica de València en España.
El tema de mi proyecto de fin de carrera fue “Empresa sumamente virtual”, donde analizaba cómo las empresas pueden trabajar conjuntamente incluso cuando no están en el mismo lugar físico y exploraba cómo pueden trabajar juntas “virtualmente”.
Basta con decir que me enamoré del concepto.
En aquel entonces, ya creía que era el futuro.
Para corroborar esto, descubrí bastantes empresas que en aquella época trabajaban de esa manera. Además, encontré esta cita que se me quedó grabada y que repetiré a lo largo de este libro:
El trabajo no es un lugar al que vas, es una cosa que haces.
Después de la universidad, seguí a mi esposa… ¡y seguí trabajando!
Después de la universidad, me casé con mi esposa Ewelina en nuestra ciudad natal: Gdynia, Polonia. Nos trasladamos a Alemania, mientras ella terminaba sus estudios de Derecho en Düsseldorf. Mientras ella asistía a clase, yo aprovechaba la conexión gratuita a Internet del campus para trabajar como consultor independiente de marketing por Internet.
Unos meses más tarde, consiguió unas prácticas en el Consejo de la UE en Bruselas, Bélgica. Después de un tiempo en la tierra de los mejillones con patatas fritas, consiguió otras prácticas en el Banco Central Europeo en Fráncfort, Alemania. Finalmente, dejamos la sede de probablemente las mejores salchichas del mundo cuando consiguió un magnífico trabajo en uno de los principales bufetes de abogados de Varsovia, Polonia.
A medida que mi esposa cambiaba de trabajo, nos íbamos trasladando de ciudad en ciudad y de país en país, y yo podía seguirla. Seguí trabajando para mis clientes, ayudándoles a hacer negocios por Internet. Mis clientes estaban en Polonia, Alemania y España, y realmente no les importaba dónde estaba yo en ese momento, siempre y cuando cumpliera con el trabajo.
¿Puedo vivir así el resto de mi vida?
Me encantaba mi estilo de vida, sobre todo el hecho de poder seguir teniendo el mismo trabajo mientras he vivido en cuatro ciudades diferentes. A medida que avanzaba la carrera de mi esposa, podía estar con ella y al mismo tiempo trabajar para mis clientes en remoto. Y, de hecho, a ellos no les importaba dónde estaba yo, siempre y cuando recibieran los resultados que esperaban.
En realidad, tenía tanto éxito que empecé a trabajar demasiado y necesitaba organizarme mejor. Así es como nació mi aplicación Nozbe: de mi propia frustración y en un esfuerzo por organizarme mejor.
Hasta la fecha, más de medio millón de usuarios de todo el mundo utilizan Nozbe. Acabamos de lanzar la aplicación de su mismo nivel: Nozbe Teams, para ayudar a que equipos pequeños hagan juntos cosas grandes.
Mi equipo de más de 20 personas ha estado trabajando en estas aplicaciones desde sus casas en todo momento (¡pero te cuento más sobre esto en el próximo capítulo!).
Así que otra vez, pregunto: “¿puedo seguir viviendo y trabajando así?”
¿Y la respuesta? “Puedo y lo he hecho y lo haré.”
¿El único elemento decisivo que nos está cambiando la forma de trabajar? ¡Internet!
Gracias a la potencia de Internet, es posible realizar la mayoría de los trabajos modernos desde cualquier lugar y, en muchos casos, a nadie le importa realmente dónde se está trabajando, siempre y cuando haya resultados positivos.
¿Y cómo se consiguen estos resultados? De esto, amigos míos, es de lo que trata este libro. :-)